Manakines y colibríes.


¡¡Buenos días a todos desde Quito!!

Tras 16 dias desde mi primer post en este discreto blog, os escribo para contaros las nuevas aventuras vividas desde entonces, que han sido bastantes.
Pocos dias después de mi regreso de Guaranda, me embarque junto con Paolo y Roxana en una cansada pero productiva jornada de bicheo extremo por las montañas, en busca de unas raras lagartijas. Sin duda lo pasé genial, pero acabe con unas buenas agujetas de levantar tanta piedra. Pero por suerte encontramos lo que buscábamos y más cositas que no esperábamos encontrar.

Colibríes alimentandose © Javier Aznar
Al día siguiente me subí junto con mi compañero de piso, Juan, al primer bus con rumbo al noroccidente en busca de las mas raras y bonitas aves a Milpe, en el Santuario de las aves, donde nos quedamos a dormir y a buscar aves. ¡¡Este sitio era un paraíso!! ya en la misma entrada de la reserva podíamos observar con gran emoción cantidad de colibríes de todos los colores. No sabía a donde mirar, por un lado los colibríes y por otro lado tucanes!! Juan que es ornitólogo estaba disfrutando como un niño.
Pronto nos pusimos en marcha y recorrimos algunos de los senderos de la reserva en busca de trogones, manakines y otras bellas aves. Tras un rato andando encontramos una grandísima cascada de gran belleza que hizo que rápidamente sacase la cámara para realizar alguna foto. 
Mas tarde emprendimos la vuelta al lodge, pero en el camino de vuelta, escuchamos a lo lejos unos sonidos agudos que se repetían cada poco tiempo. Poco a poco nos fuimos acercando y descubrimos que ese curioso e inconfundible sonido provenía de un lek de manakines. Los saltarines alitorcidos (Machaeropterus deliciosus) nos brindaron un alucinante display en el que los machos saltaban de rama en rama, y cada poco tiempo levantaban las alas y las vibraban a más del doble de lo que lo hace un colibrí para producir ese sonido agudo tan característico. Además tuvimos la suerte de presenciar una cópula, ¡¡¡que espectáculo!!! 
Chamaeropterus deliciosus ©nJavier Aznar
Ya de regreso en el lodge, estuvimos presentes en algo único y que no se repitió mas días. Al anochecer y durante unas horas, una plaga de termitas voladoras cubrió el aire del comedor, haciendo imposible el cenar allí, pues se nos metían entre la ropa y era realmente molesto. Tras cenar, Juan y yo salimos con las linternas en busca de ranas, lagartos y insectos. Esa noche encontramos muchísimos bichos, como insectos palo, alguna rana, y un caracol del tamaño de mi bota,
 ¡¡¡con ese caracol comía toda una familia!!!
Al día siguiente Juan se fue a Quito, pero yo me quede unos días más para poder fotografiar mejor a los colibríes y a los manakines.
Esa misma tarde fui en búsqueda del lek de manakines para tomarle mejores fotos, y suerte la mía que fotografíe dos cópulas distintas. ¡¡fue alucinante!!
Juan Rivero y Javier Aznar
subiendo al Rucu Pichincha
tras una fuerte lluvia decidí darme una vuelta para ver que encontraba y ¡tachán! un juvenil de equis (Bothrops asper) se me cruzó en el camino. Por fin veía la famosa víbora que tanto miedo causa entre la gente. Después de todo no era tan agresiva como la pintaban.
Y bueno, tras varios días en ese paraíso, y después de fotografiar a los colibríes como dios manda, me despedí de ese lugar y de Luis Yanez, un amante de la naturaleza y de la fotografía, que gestiona ese lugar tan maravilloso y tan recomendable.

Oreotrochilus chimborazo © Javier Aznar
Ya en Quito, me encontré con Javier Abalos, que ha venido a pasar unos días a Ecuador, y con el que me iría a Mindo unos días después.
 Pichincha © Javier Aznar
Pero antes de ir a Mindo, Juan, Javier Abalos y yo, nos subimos en el teleférico para luego ascender al ruco Pichincha, con una altura de 4696 metros, donde las vistas de Quito son brutales, y donde vimos cantidad de colibríes del Chimborazo, así como varios caracaras. Al día siguiente viajaríamos a Mindo.

Amblipígido  © Javier Aznar
Mindo es un pueblecito bastante pintoresco, cuyas calles están en obras ahora mismo, dando un aspecto bastante malo para el turista. Pero menos mal que cuando sales del pueblo y te metes en el bosque se te pasa ese sentimiento y empiezas a ver que Mindo es el paraíso. Cientos de pájaros de distintas especies volaban a nuestro alrededor.



Hut de James Christensen 
Esa misma noche aun siendo carnavales, decidimos subir bosque arriba en busca de ranas y otros animales. Pronto empezamos a ver los primeros amblipígidos, escorpiones, kinkajous y otros animales. Al día siguiente subimos al mirador que hay en la hacienda San Vicente para ver las espectaculares vistas de Mindo.

Chironius grandisquamis © Javier Aznar
Ya abajo, decidimos ir en busca del anolis pinocho, pero no tuvimos la suerte de verlo. Pero de camino al lugar pudimos observar dos armadillos y una zarigüeya que siempre hace ilusión ver.Y ya al dia siguiente regresamos a Quito, no sin antes fotografiar a una bonita Chironius grandisquamis.




Y aquí estoy en Quito, preparando mi proximo viaje, para seguir contando mis aventuras en la próxima entrega de este blog.

¡¡Saludos y abrazos!!

4 comentarios en «Manakines y colibríes.»

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